Cerca de las 2 de la tarde la lluvia hizo un paréntesis. Fue allí que, a pedido de Mariángeles que no recordaba como era Villa Ventana, nos fuimos a dar una vuelta. Aún manteníamos esperanzas de que la lluvia nos permitiera escalar algún cerro y que después siguiera lloviendo. Salimos de la villa y encaramos hacia Tornquist. Una vez con señal de celular pude comunicarme con Gustavo y allí conseguí su permiso para subir el Cerro Tornquist, el que empezamos a subir con leve llovizna por apenas 10' y luego el tiempo quedó bonito. En mitad de camino a la cima nos topamos con millares de Termitas (u hormigas voladoras) que se nos pegaban al cuerpo y hacían molesto nuestro andar. En las fotos las pueden apreciar. También se observa, en una de ellas, la Ciudad de Tornquist. En otra, un cuadro amarillo que es Canola, con fondo del Cerro Tres Picos.
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