martes, 10 de junio de 2008

Acomodamos nuestras mochilas cuidando de no olvidarnos nada y empezamos el descenso por lo que sería la otra mitad del circo. A medida que superábamos escollos nos íbamos dando cuenta que la ruta elegida con el fin de marcar altitudes de los picos y marcación de puntos era abrupta, escarpada, barrancosa, y de hecho muy peligrosa, pero estábamos decididos y seguimos adelante sin desviarnos en ningún momento del filo.

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