martes, 10 de junio de 2008

Ascensión al Anfiteatro del Cerro Fortín Chaco - Popularmente conocido como "La Vieja"

El 11 de Junio de 2006 con mi amigo León decidimos ir a tentar suerte a la Estancia Fortín Chaco, nada más y nada menos que el lugar en donde está localizado el Cerro Gran Chaco, apodado por los lugareños como "La Vieja", puesto que mirando desde cierta perspectiva hacia su cumbre, de este a oeste, se dibuja claramente la imagen de una vieja, aunque para mi se parece más a la cara de una bruja. Ese es mi punto de vista y no voy a contradecir la opinión popular, pero expreso mi sentir: una vieja puede mostrar una cara agradable irradiando dulzura, bondad y sabiduría. Y a la vez esa señora entrada en años puede llegar a cocinar como los dioses. Sigo insistiendo en que la imagen que nos muestra el cerro nada tiene que ver con la vieja bonachona que todos tenemos en el barrio. Sin embargo la bruja tiene, sin lugar a dudas, una cara perversa.
Dejando de lado estos puntos de vista que no tiene sentido discutir porque en nada arreglarán la economía que hoy nos toca sufrir, quiero destacar que es, lejos, una de las montañas más bonitas y llamativas de Ventania. Belleza que se puede apreciar desde los cerros vecinos, altos o bajos; desde el atractivo Valle Interserrano y desde casi todos los ángulos. Su pico, tan llamativo como singular, se muestra gallardo y puede ser visto desde puntos muy lejanos.
Llegamos a la estancia en un día soleado y no muy frío. Encontramos la tranquera cerrada con candado y nos miramos el uno al otro quizás imaginando como resolver el problema. En eso estábamos cuando oímos el motor de un vehículo y rápidamente una camioneta se acercó a nosotros.
Tan pronto como el conductor bajó del vehículo nos saludó efusivamente.
- ¡Buen día muchachos!, otra vez por acá? ya sé...vienen a escalar, no?
Indudablemente, y para nuestra suerte, el anfitrión nos había reconocido de una visita anterior y nos alegraba sobremanera poder tener un recibimiento como el que nos estaba prodigando.
- ¡Buen día señor!, -saludamos con suma cortesía-, ¡Sí!, veníamos a pedirle permiso para ver la posibilidad de subir La Vieja...
- ¡Ningún problema che!, pero cuando salgan les encargo me cierren la tranquera otra vez con candado porque yo tengo que salir y no sé si regresaré a tiempo antes de que ustedes se marchen.
- Muchas gracias Don...
- Bueno, entren la camioneta y hagan lo suyo.
- Gracias señor -reiteramos-, es usted muy amable.
Nos miramos con Leonardo contentos ante la fortuna que estábamos teniendo y golpeamos nuestras palmas en lo alto en señal de éxito. Es que si llegábamos unos minutos más tarde no lo hubiésemos encontrado.
Estacionamos el vehículo en lugar conveniente y empezamos la marcha. Fuimos caminando paralelamente a un monte de eucaliptos, cruzamos un arroyo, saltamos un alambrado, y nos internamos en lo que quedaba de un maizal hasta llegar al pié de monte por donde decidimos encarar el circo ésta vez.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Idolo!!

mirate esto sonemosjuntos.blogspot.com