Había caído una nevisca en la madrugada del jueves y quería ir a verla cuando aun se mantenía fresquita, pero por compromisos asumidos recién pude hacerlo este sábado 11 de agosto de 2007.
jueves, 31 de julio de 2008
VENTANIA EN SU BLANCA PUREZA - NIEVE EN EL GLORIOSO CERRO TRES PICOS - FOTO 1
Había caído una nevisca en la madrugada del jueves y quería ir a verla cuando aun se mantenía fresquita, pero por compromisos asumidos recién pude hacerlo este sábado 11 de agosto de 2007.
NIEVE EN EL CERRO TRES PICOS - FOTO 2
A las ocho de la mañana, con el canto de los pájaros, entre los que resaltaba el chingolito, y las primeras luces del día, apagué la linterna pues ya no era necesaria. Al rato, empecé a ver nieve en el camino, manto blanco que se acrecentaba a medida que ganaba altura, y que me iba mostrando la vida faunística reflejada en ella por las huellas que descubría al mirar hacia abajo: eran de guanacos, zorros, y hasta un puma, que quizás anduviese en busca de alguna presa y la nieve lo delataba. Después de esas huellas de animales no observé otras, ni tampoco de que hubiese andado, después de la nevada, el hombre, el predador más grande de la tierra.
NIEVE EN EL CERRO TRES PICOS - FOTO 3
Mis pasos sobre la nieve se hundían cada vez más y el efecto colchón no me desagradaba para nada porque me hacía olvidar el rebote de las piedras sueltas del terreno de la ladera arbolada. El sol mostraba sus primeros rayos en lo alto y el día, inexorablemente, se había instalado. Esto me permitía poder observar un gran espectro serrano desde donde yo me encontraba hasta el Cerro Ventana, que era el mejor paisaje que la hora de la mañana me regalaba. El Tres Picos, destino elegido, aun estaba lejos de mostrarse.
NIEVE EN EL CERROS TRES PICOS - FOTO 4
Previo llegar al Paso Dinamitado pude apreciar, claramente, casi rayando el horizonte, a la derecha del Cerro Chapas, la inconfundible ciudad de la bahía. La visibilidad era una de las mejores que había apreciado en las últimas ascensiones, y se notaba también en los campos, los que, con la poca lluvia que había caído, empezaban a mostrar más vida, más color, y conjugaban, con la blanca palidez de la montaña, una sinfonía resaltante de colores, fenómeno que se producía sólo cuando había nieve en los cerros.
El clima, agradable para la ascensión, hacía que no me detuviera para descansar, pero mi mente, que siempre se sale con la suya, pensaba lo linda que es Ventania, bonita y pura, y lo limpia y sana que se mantiene a pesar de los intentos de unos pocos de, llegado el caso de haberse encontrado metales preciosos en las retrospecciones llevadas a cabo a espaldas del pueblo, querer mancillarla con la explotación minera. Dios no lo permita.
El clima, agradable para la ascensión, hacía que no me detuviera para descansar, pero mi mente, que siempre se sale con la suya, pensaba lo linda que es Ventania, bonita y pura, y lo limpia y sana que se mantiene a pesar de los intentos de unos pocos de, llegado el caso de haberse encontrado metales preciosos en las retrospecciones llevadas a cabo a espaldas del pueblo, querer mancillarla con la explotación minera. Dios no lo permita.
NIEVE EN EL CERRO TRES PICOS - FOTO 5
NIEVE EN EL CERRO TRES PICOS - FOTO 6
En los recreos que me daba la mente trataba de concentrarme en el camino. Iba dejando las huellas de mis botas en la nieve y me sentía el primer hombre que pisó la luna. Paraba y miraba hacia atrás para ver mis pasos marcados en el blanco piso y me daba cuenta que me encantaba ver las formas de las suelas grabadas en la nieve. Esos dibujos eran, simplemente, la continuidad de mi ser, de mi cuerpo, de mi espíritu, de mis ganas de andar y conocer, de explorar. Quería divagar entre el cielo azul y el blanco manto pero mantenía, con firmeza a pesar de los resbalones, mi rumbo apuntando al sur.
Debido a un resbalón apoyé y enterré en la nieve una de mis manos, y mi mente, saltarina y rebelde, me trajo a la memoria aquel día en que recibí un e-mail de Al Gore promocionando su libro "Una verdad incómoda" en el que se relataba, en base a estudios y trabajos llevados a cabo por grandes y expertos científicos, los avatares de nuestra querida casa, la tierra, como consecuencia del calentamiento global que se venía produciendo desde hacía muchas décadas atrás y que pocos, políticamente, estaban dispuestos a poner coto.
Debido a un resbalón apoyé y enterré en la nieve una de mis manos, y mi mente, saltarina y rebelde, me trajo a la memoria aquel día en que recibí un e-mail de Al Gore promocionando su libro "Una verdad incómoda" en el que se relataba, en base a estudios y trabajos llevados a cabo por grandes y expertos científicos, los avatares de nuestra querida casa, la tierra, como consecuencia del calentamiento global que se venía produciendo desde hacía muchas décadas atrás y que pocos, políticamente, estaban dispuestos a poner coto.
NIEVE EN EL CERRO TRES PICOS - FOTO 7
Miré hacia lo alto y di mi tácito apoyo al ex vice presidente y expresé: "Ojalá termine de convencer a los países políticamente más renuentes, incluyendo a su país, los Estados Unidos, para que fijen plazos para dejar de contaminar; para que firmen los tratados que ellos crean y no firman, como el Tratado de Kyoto, por ejemplo.
Imaginé mi casa, que fuera construida por las manos de mis padres tras muchos años de esfuerzos y ahorros, con demanda de horas de trabajo, días, semanas, meses, años, y que una vez que pasara a ser parte de nuestra vida, sintiéndonos cómodos y felices en ella sin que nos falte nada, de un día para el otro la destruyéramos y nos quedáramos en la calle, sin recursos y sin tener a donde ir. ¿Acaso ese destino es el que querríamos para nuestra gran casa la tierra? Absolutamente no.
Imaginé mi casa, que fuera construida por las manos de mis padres tras muchos años de esfuerzos y ahorros, con demanda de horas de trabajo, días, semanas, meses, años, y que una vez que pasara a ser parte de nuestra vida, sintiéndonos cómodos y felices en ella sin que nos falte nada, de un día para el otro la destruyéramos y nos quedáramos en la calle, sin recursos y sin tener a donde ir. ¿Acaso ese destino es el que querríamos para nuestra gran casa la tierra? Absolutamente no.
NIEVE EN EL TRES PICOS - FOTO 8 - FIN
"Mente mía, -me dije a mí mismo, concéntrate ahora en el último tramo que está todo congelado y no me gustaría caer por este tobogán de hielo y rocas"
Di mi último paso ascendente, miré el entorno y el contorno, y allí, en lo más alto de la provincia de Buenos Aires, encontré solamente mi imagen en la soledad y pureza de la montaña blanca, con el patio más lindo que yo jamás haya visto, resaltando todo en un cielo inmensamente azul.
Di mi último paso ascendente, miré el entorno y el contorno, y allí, en lo más alto de la provincia de Buenos Aires, encontré solamente mi imagen en la soledad y pureza de la montaña blanca, con el patio más lindo que yo jamás haya visto, resaltando todo en un cielo inmensamente azul.
lunes, 28 de julio de 2008
CERRO TRES PICOS - 25 JUL 08 - FOTO 1

CERRO TRES PICOS - 25 JUL 08 - FOTO 2
CERRO TRES PICOS - TORNQUIST - FOTO 3

CERRO TRES PICOS - 25 JUL 08 - FOTO 4

CERRO TRES PICOS - 25 JUL 08 - FOTO 7

CERRO GORRA BASKA - 19 JUL 08 - FOTO 1
Cº GORRA BASKA - VENTANIA - FOTO 4
Cº GORRA BASKA - SAAVEDRA - FOTO 5
Cº GORRA BASKA - 19 JUL 08 - FOTO 6
sábado, 26 de julio de 2008
CONFUSIÓN CLIMÁTICA - 16 JUL 08 - FOTO 1

Cº TRES PICOS,VENTANIA,16 JUL 08 - FOTO 2

Cº TRES PICOS - 16 JUL 08 - FOTO 3

ONDINAS - EXPLORANDO VENTANIA - FOTO 4
CUMBRE Cº TRES PICOS - 16 JUL 08 - FOTO 5
EXPLORANDO VENTANIA - FOTO 6
EXPLORANDO VENTANIA - FOTO 7
ANFITEATROS SAN BERNARDO - FOTO 8
PARED SUR DEL TRES PICOS - FOTO 10
"CUEVA DE LA SORPRESA" - FOTO 12
CERRO TRES PICOS - 16 JUL 08 - FOTO 13
CºTRES PICOS - 16 JUL 08 - FOTO 14
lunes, 21 de julio de 2008
CHARLA CON DUENDES - FOTO 1 - VENTANIA APROXIMACIÓN AL FAMOSO TECHO

Busco la mejor perspectiva para fotografiar a mis compañeros de ruta. Trepo unos metros la ladera encajonada entre altos helechos y gruesas rocas.
- Sigan -dije a mis amigos-, busco una toma que pueda mostrar sintéticamente en unos centímetros cuadrados cuánta belleza encierra esta quebrada y los alcanzo.
Mis pupilas trabajaban a destajo para no dejar detalle sin apreciar, y mientras buscaba la foto ideal, un murmullo descuidado detuvo mi acción. ¡No puede ser! -fue mi exclamación, abrupta, por la sorpresa y el sobresalto que me causó semejante cuadro.
CHARLA CON DUENDES - FOTO 2 - VENTANIA

Sin buscarla la encontré, y con ello disipé el misterio que siempre tuve. Siempre creí en la existencia de los duendes, pero jamás había tenido la oportunidad de verlos... y tan de cerca!
Mientras el pequeño grupo quedó a cubierto en la pequeña gruta, el que aparentemente era el líder se acercó a escasos 2 metros y, con voz firme y serena me dijo:
CHARLA CON DUENDES - FOTO 3 - VENTANIA

- ¿Qué cosa? -contesté apresurado y excitado por el momento que me tocaba vivir.
- Este encuentro. Hace más de media hora que los venimos observando.
Sin poder quitar mis ojos de él, atiné a preguntarle:
- Y puedo saber por qué salieron a mi encuentro? ¿Por qué se hicieron ver? ¿No tuvieron miedo de nuestra actitud?
Esbozando una sonrisa y mirando a su grupo respondió:
CHARLA CON DUENDES - FOTO 4 - VENTANIA PARED DEL TECHO

- Tenemos un poder que ustedes no conocen, y es la capacidad de poder comprobar, a cierta distancia mientras los vemos caminar y en la forma de mirar, si tienen buenas o malas intenciones. Me refiero al tratamiento que le dan a la naturaleza, a la flora, a la fauna, al cuidado ambiental o al hecho de destrozar y contaminar por el sólo hecho de hacer daño. Por estas laderas ha caminado mucha gente desde muchos años ha. No todos dejaron un buen recuerdo. Muchos también cayeron, pero solamente las almas de los que han amado este lugar son las que regresan siempre.
- ¿Las almas? ¿Y ustedes cómo saben eso?
- Porque las sentimos. Se percibe en el aire, en el ambiente. Sobre todo cuando regresan a la Pared del Techo.
No quise ser antipático pero no pude dejar de seguir preguntándole pues su relato me cautivaba constantemente. Por suerte mis amigos se habían detenido en unos pasadizos estrechos y estaban descansando.
- ¿Las almas? ¿Y ustedes cómo saben eso?
- Porque las sentimos. Se percibe en el aire, en el ambiente. Sobre todo cuando regresan a la Pared del Techo.
No quise ser antipático pero no pude dejar de seguir preguntándole pues su relato me cautivaba constantemente. Por suerte mis amigos se habían detenido en unos pasadizos estrechos y estaban descansando.
CHARLA CON DUENDES - FOTO 5 - VENTANIA

- Perdón por mi curiosidad -dije tratando de que mis preguntas no sonaran como de incredulidad-, pero... ¿a que vienen a la Pared del Techo?
- A escalar. Vienen muchas veces. Y más allá de que nosotros percibimos la acción, se hacen notar porque cuando preparan el equipo despliegan tanta pasión, tanto sentimiento, que no podemos abstraernos de presenciar ese espectáculo. Además, se ríen constantemente. Se las ve muy felices. Se felicitan unas a otras cuando llegan al techo y se quedan allí colgadas por horas observando todo el panorama. Ríen, ríen y ríen.
- ¿Y no se hablan entre ellas?
- A escalar. Vienen muchas veces. Y más allá de que nosotros percibimos la acción, se hacen notar porque cuando preparan el equipo despliegan tanta pasión, tanto sentimiento, que no podemos abstraernos de presenciar ese espectáculo. Además, se ríen constantemente. Se las ve muy felices. Se felicitan unas a otras cuando llegan al techo y se quedan allí colgadas por horas observando todo el panorama. Ríen, ríen y ríen.
- ¿Y no se hablan entre ellas?
CHARLA CON DUENDES - FOTO 6 - VENTANIA

Quedé perplejo por su comentario y no atinaba otra cosa más que a observarlo estudiándolo de arriba a abajo. Por un momento dudé acerca de que si lo que estaba viviendo era realidad o ficción. El llamado de Fran hizo que me sobresaltara y me hiciera ver la realidad.
Me despedí sin saber su nombre, aunque quizás él y los suyos hayan sabido el mío, pero apenas había dado un par de pasos hacia abajo, me dijo:
CHARLA CON DUENDES - FOTO 7 - VENTANIA
- Ellos nunca se fueron. Siguen explorando y escalando las Paredes Rosadas y se los ve acarreando sus cuerdas, mosquetones, clavos y seguros por el San Bernardo. ¡Si pareciera que las paredes fueran desgarradas con sus propias manos a medida que van progresando! El alma del escalador vive acá. Vaga, anda, camina, ríe. Y ríe y se divierte mientras canta saltando sobre las grandes rocas... y llora. Y cuando llora, porque también es una manera de descargar su profunda emoción, el arroyo crece, y las gargantas derraman torrentes de agua, y ésta baja furiosa arrastrando piedras y rocas. El viento aparece y acompaña a las almas en su tristeza momentánea, bramando y lastimando los oídos con su penoso aullar.
¡Ya voy muchachos! -grité al grupo mientras el eco repetía mis palabras.
¡Ya voy muchachos! -grité al grupo mientras el eco repetía mis palabras.
CHARLA CON DUENDES - FOTO 8 - VENTANIA
- ¿Y? Lograste buenas tomas? -me preguntaron mis amigos.
- Creo que sí.
- Queremos verlas eh! Mirá que estuvimos acá como media hora y por momentos no te veíamos.
No pude contener mi sonrisa por el comentario, pero consideré que no era momento para contarles lo que había vivido. Me pareció mejor, para que sea sorpresa total, que se enteraran cuando leyeran esta corta narración.
CHARLA CON DUENDES - FOTO 9 - VENTANIA
¡Cuántas almas han andado por esos lugares! ¡Las Paredes Rosas! ¡La Pared del Techo! ¡Cuántos montañistas habrán disfrutado de las escaladas en este lugar antes de encarar desafíos más duros!
Y es sabido y conocido que unos siguieron su camino. Otros cayeron. Pero los que han caído no fueron olvidados. Han sido eternizados por amigos y familiares en placas recordatorias colocadas en las paredes serranas en la propia quebrada.
viernes, 18 de julio de 2008
VISTA DESDE PLAZA DE ÁNGELES
VISTA DESDE EL FILO DE LA PARED DEL TECHO
jueves, 17 de julio de 2008
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