Giré sobre mis pasos para saludar a los duendes pero ya no estaban, aunque seguramente ellos me estarían mirando desde algún lugar.
- ¿Y? Lograste buenas tomas? -me preguntaron mis amigos.
- Creo que sí.
- Queremos verlas eh! Mirá que estuvimos acá como media hora y por momentos no te veíamos.
No pude contener mi sonrisa por el comentario, pero consideré que no era momento para contarles lo que había vivido. Me pareció mejor, para que sea sorpresa total, que se enteraran cuando leyeran esta corta narración.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario